“Procesamos el solvente sucio para evitar que acabe en centros de disposición final o botaderos no autorizados. Lo limpiamos a través de un proceso de alta tecnología alemana, lo reformulamos y lo vendemos”
Francisco Martínez, director Corporativo de Operaciones
GRUPO POCHTECA
¿Cómo encaja la sustentabilidad en un modelo de mayor valor agregado para un distribuidor como Pochteca?
La distribución de productos químicos es un negocio complejo, que ha pasado de la compra-venta de materias primas a un negocio de agregar valor. Actualmente, le hacemos algún proceso adicional a casi el 40% del volumen que manejamos, ya sea en procesos simples, como una mezcla de solventes, o procesos más complejos como reacciones ligeras o mezclas alimenticias. Como ejemplo, hace dos años decidimos entrar en el negocio de residuos industriales complementando nuestro portafolio de servicios.
Nosotros atendemos a 22.000 clientes industriales anualmente, y muchos de ellos nos piden apoyo con el tratamiento de químicos y solventes ya utilizados. Cada vez vemos más intensidad en los requisitos ambientales de nuestros clientes, dirigidos a lograr cero desechos y aportar a la economía circular. Nos piden ser un proveedor integral, que no solo le venda el lubricante o químico que necesita, sino que recoja y trate el lubricante, el solvente o el ácido usado. Hoy, en el negocio de limpieza y recuperación de solventes, procesamos el solvente sucio para evitar que acabe en centros de disposición final o botaderos no autorizados. Lo limpiamos a través de un proceso de alta tecnología alemana, lo reformulamos y lo vendemos.
¿Cómo se mide el impacto de este reciclaje?
De cada litro de solvente sucio, nosotros recuperamos por lo menos un 75%. 25% de residuo industrial puede parecer bastante, pero hace unos años el 100% del solvente se convertía en un residuo, así que el avance ha sido enorme. Solo en México, hemos invertido más de 1,5 millones de euros en reutilización de solventes, y este año estamos invirtiendo otros 500.000 euros para un equipo con columna de destilación. Con estas inversiones, demostramos que la economía circular no es solo un discurso: es una realidad, que aporta un retorno de la inversión tanto para nosotros como para nuestros clientes, además del retorno ecológico. Hoy ya procesamos 8,4 millones de litros de solventes al año. Con la nueva inversión de medio millón de euros, estamos añadiendo una capacidad adicional de 1,2 millones de litros anuales.
¿Cómo cree que va a crecer la demanda por este servicio en México?
México es un país altamente conectado con las economías internacionales, especialmente con Estados Unidos y Canadá. Hemos visto un crecimiento exponencial de la industria automotriz y otras industrias ligadas como la industria metalmecánica y la industria de pinturas, y todas ellas buscan este tipo de servicios para los solventes. Además, la preocupación por la economía circular va más allá de las grandes corporaciones; se ve en toda la cadena de valor, lo que incluye a las empresas medianas o familiares.
Aparte del limpiado de solventes, ¿cómo están entrando en la cadena de residuos industriales?
La recuperación de solventes, que empezamos en 2009, nos permitió darnos cuenta del potencial de este segmento y evaluar nuestra inclusión en el mercado de manejo integral de residuos industriales. Se trata de un mercado gigante y altamente fraccionado en México, con más de 9.000 jugadores, la mayoría pequeñas empresas locales. Nuestros clientes llevaban tiempo buscando empresas institucionales con alcance nacional que pudieran ofrecer estos servicios. Nos tomó años tramitar todas las licencias y permisos necesarios, y además Pochteca es la única compañía del rubro que tiene la certificación de Responsible Care y Responsible Distribution. El mercado es todavía incipiente, pero los clientes ya quieren trabajar con empresas sólidas para el manejo de sus residuos peligrosos.
Más allá de la gestión de residuos, ¿cómo están cambiando los productos en el sector químico?
El cambio se ve en toda la cadena: en el segmento de cuidado personal, cada vez tenemos más peticiones de productos menos agresivos con la salud y el medio ambiente, productos que no hayan sido probados en animales, etc. En el tema de los solventes, se buscan solventes más amigables también. En el mercado de petróleo y gas, se requiere soluciones más limpias en los procesos de perforación y explotación de pozos, por ejemplo. Nosotros vemos un cambio radical en el consumo, temas como la sustentabilidad y la economía circular ya están en todos los segmentos del mercado.
¿Está cambiando mucho la legislación con respecto al sector químico?
No vemos tanta presión en la parte legislativa, pero sí mucha presión por parte de los clientes y la opinión pública en general. El cambio está siendo más impulsado por la sociedad civil que por el gobierno, y estamos trabajando este aspecto. Por ejemplo, en nuestras plantas hacemos eventos con la comunidad para que visite nuestras instalaciones. La percepción negativa que pueda tener la sociedad de la industria química se puede cambiar, mostrando la seriedad de nuestro trabajo, nuestro compromiso con el medio ambiente, la comunidad y las autoridades. Además, podemos ofrecer la confianza de certificaciones como las de ANIQ de responsabilidad integral, o la de NACD de distribuidor responsable.