39ª Reunión Anual APLA, Buenos Aires, Noviembre 2019
Sesión Plenaria: “Escenario económico y energético regional”
“En Vaca Muerta se está dando una verdadera revolución, con gran cantidad de inversiones en perspectiva y optimismo de cara al futuro. Pero aquí hay un tema central: las dos fuerzas mayoritarias que han emergido de las últimas elecciones deben consensuar un acuerdo político que nos permita desarrollar los recursos no convencionales”
Martín Redrado, Economista Jefe,
Fundación Capital
Uno de los temas fundamentales de la 39ª Reunión Anual de la Asociación Petroquímica y Química Latinoamericana (APLA) que tuvo lugar en Buenos Aires en noviembre de 2019 fue la transición hacia energías más limpias y el impacto de este proceso sobre los distintos componentes de la cadena de valor. Esta temática fue el hilo conductor de la Sesión Plenaria del 11 de noviembre, bajo el título de “Escenario económico y energético regional”, y del subsiguiente panel titulado “Hacia una transición energética”, que reunió a los CEOs de YPF, Braskem, Ecopetrol y Dow Argentina.
El economista jefe de Fundación Capital, Martín Redrado, fue el encargado de iniciar la sesión plenaria con una charla sobre el contexto macroeconómico regional. Primeramente, Redrado explicó que, para analizar la economía latinoamericana, hay que poner en perspectiva dos variables: el nivel de tasas de interés, y el precio de las materias primas.
Con respecto al primer punto, Redrado explicó que estamos viviendo “un nuevo paradigma mundial de bajísimas tasas de interés y mucha liquidez”, lo que genera abundante capacidad de financiamiento para invertir en aquellos países que tienen un buen desempeño económico, y en sectores productivos con capacidad de generar divisas.
En cuanto al impacto del bajo precio de los commodities, Redrado resaltó que, si bien la mayoría de los países latinoamericanos ha implementado sólidas reformas macroeconómicas, abarcando términos fiscales y monetarios y logrando bajas tasas de inflación, siguen pendientes reformas más profundas en materia de competitividad. “No hemos hecho reformas que que bajen los costos de logística, que mejoren las tasas de interés en moneda local, o que nos permitan ser más competitivos también en términos laborales. En este sentido, hemos sido complacientes en la región, y por ello hay países en el sudeste asiático que nos llevan ventaja”, afirmó.
Antes de entrar al detalle de sus proyecciones sobre el desempeño de las grandes economías de la región, Redrado explicó las cuatro variables fundamentales que deben ser tenidas en cuenta a la hora de decidir si merece o no la pena invertir en una determinada jurisdicción. Estas son: el crecimiento económico, la tasa de inflación, el déficit en cuenta corriente, y el déficit fiscal. “Si en estas cuatro variables se ven factores positivos, sin duda merece la pena invertir en ese país”, afirmó.
Junto con estas variables, Redrado conminó a los países de la región a resolver los problemas de desigualdad, sobre todo teniendo en cuenta las revueltas sociales y políticas que sacudieron la región en los últimos meses de 2019. Ahí, afirmó, es útil fijarse en el coeficiente de Gini usado por los economistas, que mide la diferencia entre el 10% más rico de la población y el 10% más pobre.
¿Hacia dónde van las principales economías?
Redrado pasó a resumir las perspectivas económicas de las principales economías de Latinoamérica, que son también las que marcan el pulso de la industria química y petroquímica. En Brasil, comentó, se está iniciando una recuperación tras el hito de la aprobación de la reforma del sistema de pensiones. “Los latinos y el resto del mundo vamos a tener un buen problema que resolver, y es que, por suerte, la expectativa de vida es cada vez mayor, pero esa expectativa debe ser financiada”, acotó. La proyección de Fundación Capital es de un crecimiento en Brasil del 2% en 2020, algo que, según Redrado, está muy por debajo del potencial real del país. “Brasil debería crecer entre 3,5% y 4% anual durante los próximos 10 años”, señaló.
México también ofrece unas “perspectivas razonables”, con mejoras en el consumo, gracias al mayor nivel de remesas desde Estados Unidos, y un mayor gasto social. Sin embargo, las expectativas generales se presentan “a la baja”. Redrado señaló como culpables de esta desaceleración la incertidumbre sobre las políticas internas y la revisión de contratos energéticos, así como la lentitud en la revisión del tratado de libre comercio con Norteamérica. Añadió que México tiene una tasa razonable de inflación, así como niveles manejables de déficit fiscal y déficit de cuenta corriente, pero proyectó un crecimiento en 2020 de solo 1,2%, “una recuperación más cansina que en Brasil”.
El entusiasmo marcó la reseña sobre Colombia, debido a sus altos niveles de crecimiento, con estimados de 3,2% en 2019 y 3,3% en 2020. Redrado destacó que, si bien el crecimiento medio de la región latinoamericana se sitúa entre 1,5% y 2% anual, hay países como Colombia y Perú que superan ampliamente esas cifras o incluso las duplican, gracias a una producción industrial al alza y la capacidad de generar materias primas. En Colombia, explicó Redrado, “la tasa de inflación es muy baja y hay buenas cuentas fiscales. No hay grandes desafíos o amenazas para el país”.
Finalmente, Redrado analizó con detalle la situación económica argentina, no solo por la complejidad de la situación actual, sino también por su profundo conocimiento de la misma; no en vano fue presidente del Banco Central argentino entre 2004 y 2010. Comenzó destacando que la recesión argentina no ha tocado piso aún y que probablemente este cambio de tendencia solo se dará en 2020, debido a que las políticas económicas no han atacado los problemas de fondo. Añadió que el programa del Fondo Monetario Internacional ha sido muy recesivo para el país y ha provocado un importante ajuste fiscal y cambiario.
Redrado señaló que, en el momento actual de transición política, el nuevo gobierno de Alberto Fernández (que tomó posesión el 10 de diciembre de 2019) se enfrenta a importantes desafíos. “Lo más acuciante en el corto plazo es el pago de la deuda [...] Argentina necesita un acuerdo de largo plazo con el FMI y debe conversar con los acreedores porque hay una agenda de vencimientos muy cargada en los próximos cuatro años”, explicó.
Consenso político para Vaca Muerta
Parte de la exposición de Martín Redrado versó sobre la situación actual de los mercados energéticos, actualmente con precios “en un escalón inferior, producto de la perspectiva de menor crecimiento económico mundial”. Redrado resaltó que Latinoamérica ya tiene una posición interesante como productor de petróleo y gas, pero señaló que aún más interesante es su potencial de reservas, en particular con los recursos no convencionales de Vaca Muerta, en Neuquén. “En Vaca Muerta se está dando una verdadera revolución, con gran cantidad de inversiones en perspectiva y optimismo de cara al futuro”, afirmó.
Dicho esto, Redrado condicionó el éxito futuro de Vaca Muerta a que se dé un consenso entre las dos fuerzas políticas mayoritarias que han emergido de los últimos comicios en Argentina. Dicho consenso, explicó, debe girar en torno a tres temas fundamentales. Primero, las empresas que inviertan en Vaca Muerta deben poder dejar divisas en el exterior. Segundo, debe haber precios de paridad de exportación; según Redrado, un error en los últimos meses fue la pesificación de los precios, y a un tipo de cambio atrasado. Tercero, hay que crear un marco tributario y laboral similar al que tienen las empresas que operan en la Cuenca Pérmica de Texas, que reduzca la carga tributaria para las empresas que hacen exploraciones en yacimientos no convencionales.
Para impulsar Vaca Muerta, también debe darse inversiones en infraestructura, señaló Redrado: si se quiere impulsar la petroquímica en Bahía Blanca, hace falta un gasoducto que conecte Vaca Muerta con el polo petroquímico; e igualmente debe invertirse en una planta de licuefacción que convierta a Argentina en un gran exportador de gas.
Latinoamérica y el panorama global
Para concluir, Redrado subrayó que la región latinoamericana enfrenta numerosos desafíos, del mismo modo que hay que estar atentos a la desaceleración del crecimiento global y las tensiones en materia comercial y tecnológica entre una potencia consolidada (Estados Unidos) y una potencia emergente (China). En este contexto, Redrado afirmó que la divisa china no tiene intenciones de reemplazar al dólar como moneda de reserva, y anticipó una transición hacia un sistema multi-moneda donde el dólar mantenga su dominio.
Con respecto a la industria energética global, Redrado explicó la dificultad de hacer proyecciones sobre el precio del petróleo, debido a su volatilidad en base a factores geopolíticos; sin embargo, anticipó una menor demanda energética en el corto plazo por el menor crecimiento mundial. En cuanto al largo plazo, concluyó que el cambio de patrón energético hacia energías renovables en países como China e India tendrá un gran impacto en la dinámica de oferta y demanda.